Aqui he vuelto a repetir suerte, y he conocido a una taiwanesa , divertida amable y muy muy activa , me enseño la ciudad, como si fuera el última día de nuestra vida. Con ella los días se han pasado volando . Una ciudad con un sin fin de parques templos y algunos de ellos maravillosos, como el LUANGHAN TEMPLE . Pero tambien se puede disfrutar de los mercados nocturnos , donde una vez el sol se va , bulle la vida, y puedes encontrar todo tipo de comida. Y realmente sabrosa.
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